Kevin Ramírez es un joven estudiante de Los Teques, participó en el "Taller de Creación Poética" dictado por nuestro cofundador Adolfo Salavarría y desde un primer momento Kevin mostró lo que sería la manera como escribiría. Los Cuervos Literarios comparte con ustedes un poco de su trabajo, que sigan los frutos.
Amigos para la vida
La vida pasa
y nada queda,
los años no perdonan
ni se quejan,
los amigos se van
y no quedan para siempre,
unos falsos y otros verdaderos,
aunque ambos sean por momentos,
tú solo agradece
y mira su desempeño,
ten en cuenta que solo puedes caminar con ellos
en un breve tiempo,
sé alguien serio y concreto,
solo espera,
que si son buenos amigos...
regresarán en algún momento,
sin más na' que decir,
solo espera tu destello.
Escrituras sobre mí
En mis noches de augurios,
en mis noches de frío,
te escribo a ti y no sé porqué lo digo,
esas noches de pesadillas
lo escribo, no para que te guste,
ni animarme,
para mí son solo palabras escritas
que salen de mí,
pensamientos que rondan en mi cabeza
que solo puedo escribirlos
porque así es mejor,
para no olvidarlos
ni en visto dejarlos,
no te creas muy importante,
pues, no todos son para ti,
algunos son para la vida
y otros para mí.
El amor de Farafá
Farafá tenía a Migraña,
Migraña tenía a Farafá,
todos los días con ella se levantaba
aunque sea desde la cama,
no siempre al levantarse la encontraba,
a veces desde el mediodía comenzaban
¡pero algo es cierto!
Siempre la agarraba,
Farafá ya se acostumbraba
a tal Migraña,
ya ni le fastidiaba,
siendo extraño
pero en realidad Farafá
ya no se quejaba,
así Farafá quedó junto a Migraña
y por ella la vida daba,
así terminando en la tumba abrazados.
¡Sí! Esa fue la historia de Farafá,
la historia de amor junto a Migraña.
Sátiras de mi vida (III)
Sátiras, sátiras, sátiras...
¿Qué piensan de ti?
Algunos las rechazan,
y yo las escribo así,
a veces no en la noche
sino también de día,
no todas felices,
ni todas tristes
¡aunque sí!
su sarcasmo siempre existe,
unas buenas
quizás otras malas,
pues siempre escribo lo que me dicte
¡por supuesto! la razón
y no el corazón,
sino serían románticas
y no llenas de pavor.
Con esta guitarra siempre me inspiro
y apuesto que nadie sabe que esto escribo,
hasta que un día se publique en un rinconcito,
mientras, seguiré escribiendo las sátiras de mi vida
¡pero con otra intención!